Paridad de fuerzas entre Tigres y América.

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Felinos y águilas protagonizaron un atractivo encuentro que terminó en empate a un gol.

Por: Luis Garza.

Un comienzo ríspido y trabado daba como augurio que los 90’ minutos del partido serian protagonizados por una gran cantidad de jugadas difíciles para el cuerpo arbitral, que vaya que tuvieron un juego arduo de llevar.

El equipo visitante era un poco mejor, esperaba el error felino y a base de velocidad encarnada por el costado derecho trataban de llevar el juego a su favor. Renato Ibarra y Cecilio Domínguez eran los jugadores más punzantes de las águilas, sus constantes llegadas a línea de fondo avisaba a la zaga universitaria que tendrían mucho trabajo durante todo el duelo.

De hecho, tantas aproximaciones terminaron por entregarle al América una llave que podría abrir la puerta al gol, pues Cecilio Domínguez fue derribado dentro del área rival y el nazareno marcó correctamente un penal favorable a los de Coapa.

Mateus Uribe fue el encargado de poner la pelota en el manchón penal y cobrar la pena máxima, la cual fue desaprovechada, ya que el portero de Tigres Nahuel Guzmán adivinó astutamente el disparo y logró evitar el primer tanto águila. La emoción de Guzmán fue demasiada, tanto que se llevó una tarjeta amarilla por celebrar la jugada al futbolista colombiano.

Un dicho en el futbol dice que gol fallado es gol en contra y los de Ricardo Ferreti hicieron valida esa afirmación. En el ocaso del primer tiempo, el lateral Luis Rodríguez se sumó al ataque y envió u servicio que fue rematado de cabeza por Andre Pierre Gignac, que hizo enloquecer al Estadio Universitario al colocar el 1-0 en la pizarra parcial.

Para la segunda mitad, Miguel Herrera decidió poner toda la carne al asador y dio ingreso a Jérémy Ménez, quien no tardó mucho para hacer magia en el juego. El francés se encargó de tomar la pelota en un segundo penal marcado para las águilas y con temple, seguridad y confianza puso el balón a una zona imposible para el portero rival y puso a celebrar a toda la banca americanista y a la gente que se dio cita al ‘Volcán’.

Todo esto luego de un relajo por parte del árbitro central, quien anulo un legítimo gol para señalar un penal que a la postre daba el empate definitivo en el partido.