“Hermoso” triunfo del América.

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Por: Luis Garza.

La venganza fue muy dulce para el equipo americanista, quien eliminó a las Chivas del Guadalajara por marcador global de 2-1.

En el estadio de las Chivas, se definiría al tercer semifinalista del futbol mexicano, y nada mejor que proveniente de un Clásico Nacional entre Chivas y América.

Al comienzo del encuentro, todos creíamos que el conjunto visitante llenaría de aproximaciones al Guadalajara, puesto que era el equipo obligado a hacer mínimo un gol de visitante, pero no fue así, el equipo del América fue muy cuidadoso en este sentido.

Por otro lado, el equipo del Guadalajara, tampoco era protagonista del juego, debido a su nula presencia dentro de terrenos americanistas.

El primer tiempo solo fue adornado por un par de aproximaciones del América, en donde Carlos Darwin Quintero y Paolo Goltz estuvieron a punto de hacerse presente en el marcador, por parte del Guadalajara, Jair Pereyra también respondía con un cabezazo dentro del área,  pero sin suerte alguna

Ya en la segunda pare, la obligación era máxima para el equipo dirigido por Ricardo Antonio La Volpe, y mientras pasaban los minutos, los nervios y la tensión inundaban el inmueble de las chivas.

Hasta que al minuto 54’ en un tiro de esquina cobrado por Darwin Quintero, “El hermoso” Oribe Peralta, con un movimiento brutal y un cabezazo aún mejor, puso adelante al equipo azulcrema, 1-0 en el partido y 2-1 en el global.

A partir de ese momento, el conjunto dirigido por Matías Almeyda, sabía que no había mañana, y se jugaban el todo por el todo en su cancha, pero por más que crecía la ambición de querer meterse al partido, era opacado por la gran actuación que la zaga americanista estaba ofreciendo.

Y las tácticas de La Volpe salían a flote, al enviar gente de condiciones defensivas al terreno de juego, como “El chepe” Guerrero, quien ingresaba por un participativo Darwin Quintero.   

El reloj seguía su marcha, y el marcador no se movía, pero las aproximaciones de ambos equipos continuaban presenciándose, sobre todo de las Chivas, quienes se negaban a morir.

Pero toda esperanza terminó, cuando Roberto García Orozco mito su cronometro y dio por terminado el encuentro, mismo que decretaba el pase del América a las semifinales del futbol mexicano.